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miércoles, 29 de diciembre de 2010

La guerra que oculta Defensa



MADRID- Cada vez que Carme Chacón habla de la misión de Afganistán insiste en que es la más compleja y arriesgada de cuantas desarrollan las Fuerzas Armadas en el exterior, pero rara vez informa de los constantes ataques a los que se ve sometido el contingente desplegado en el país asiático. Entre los pasados 1 de septiembre y 31 de octubre, las tropas sufrieron 21 ataques por parte de la insurgencia. El Ministerio de Defensa informó de uno, mientras daba parte hasta tres veces del reparto de ayuda humanitaria. 

Durante ese periodo, los soldados españoles mantuvieron combates directos, cara a cara, con los talibán hasta en cuatro ocasiones. La mayor parte del resto de ataques se dividen entre hostigamientos a los puestos avanzados o a las patrullas (que en la mayoría de las ocasiones se realizan desde una gran distancia) y la colocación de artefactos improvisados (IED por sus siglas en inglés) al paso de los convoyes. La única vez que Defensa informó de alguno de estos ataques en ese periodo fue el 31 de octubre, cuando un IED causó heridas leves a tres soldados. El departamento de Chacón lo calificó entonces de «incidente». Fue la décima nota de prensa sobre la misión que publicó en ese periodo. Las anteriores hablaban de ayuda humanitaria, de una reunión en Qala-i-Now para el desarrollo de la provincia bajo responsabilidad española, del relevo de mando en Herat, de la entrega de armamento por parte de un grupo de insurgentes y del traslado del puesto avanzado de Sang Atesh.

Las tropas españolas participan actualmente en la misión en una proporción aproximada de un «reconstructor» por cada cuatro combatientes. El trabajo del contingente se divide en la lucha contra la insurgencia, la instrucción de policías y militares afganos y la reconstrucción.


Puesto «Echo»
En esa primera función de lucha contra la insurgencia, las tropas españolas culminaron con éxito el pasado 24 de diciembre la construcción de un puesto de observación al noreste de Muqur, la base avanzada que más ha sufrido la violencia de la insurgencia. Según informó ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán), el puesto «Echo» busca incrementar la seguridad y libertad de movimientos de las tropas internacionales y afganas en la zona, al tiempo que pretende proteger a los trabajadores que tratan de culminar la construcción de la «Ring road», carretera que une las principales ciudades afganas y cuyo último tramo está en la provincia «española». 

Este puesto de observación fue construido por los ingenieros del contingente español junto a fuerzas italianas. El primer batallón de infantería afgano instruido por el contingente español fue el encargado de dar seguridad durante la construcción. De este avance, con una gran importancia táctica para el logro de los objetivos de la misión, tampoco ha informado Defensa. El Ministerio relataba el 26 de diciembre el reparto de juguetes y comida entre la población afgana. Al día siguiente, la OTAN informaba del avance de las tropas españolas con un reportaje fotográfico que recoge hoy LA RAZÓN. 

La construcción de ese último tramo de la «Ring road», de 53 kilómetros, comenzó en el mes de octubre pasado, pero la zona tiene una importante actividad insurgente, lo que por un lado retrasa cualquier avance y por otro, obliga a establecer puestos como el denominado «Echo» para afianzar el avance de las tropas internacionales. 

Más allá de los ataques que con frecuencia sufre el contingente español, los mandos se muestran satisfechos por el buen resultado que están dando las bases avanzadas de Muqur y Ludina, que han conseguido hacer retroceder a los insurgentes en áreas clave de la provincia de responsabilidad española. La participación de Estados Unidos e Italia en la estabilización de esa zona también ha sido importante, destacan. Al mismo tiempo, los mandos alertan de los cambios de tácticas que está llevando a cabo la insurgencia, con ataques cada vez más elaborados. En alguno de los sufridos por las tropas españolas, los talibán llegaron a combinar artefactos improvisados para «atrapar» al convoy, armas cortas, lanzagranadas y armas de precisión. El buen hacer de los soldados españoles y el apoyo aéreo de los aliados evitó que los insurgentes causaran estragos en las patrullas.

El pasado mes de junio, este periódico ya informaba de sesenta ataques perpetrados por los talibán contra las tropas españolas de los que tampoco dio parte Defensa. El periodo en el que se produjeron esos ataques iba desde mediados de abril a finales de mayo, cuando las tropas españolas desarrollaban la operación «Come on II» para terminar de liberar la ruta «Lithium».

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