Los equipos de emergencia de la central nuclear de Fukushima comenzaron hoy a utilizar cañones de agua para tratar de enfriar el reactor 3, después de que dos helicópteros arrojaran horas antes agua salada sobre esa unidad. Según la televisión pública NHK, varios camiones militares y de la policía con cañones de agua empezaron las operaciones en la unidad 3, donde los esfuerzos se concentran en bajar la temperatura de su piscina de combustible. Además, los responsables de TEPCO, la operadora de la planta, trabajan contrarreloj para devolver la electricidad a la central y reactivar así, al menos parcialmente, su sistema de refrigeración, dañado por el terremoto del día 11 y el devastador tsunami que lo siguió. Esta mañana helicópteros militares lanzaron toneladas de agua marina sobre la planta, sin que ello consiguiera rebajar los altos niveles de radiación de la zona, según TEPCO. El nivel de radiación alrededor de la central, donde se encuentran algunos trabajadores, alcanzaba hoy los 3.000 microsievert por hora, frente a los 1.000 microsievert al año que se consideran seguros para la salud humana. El Gobierno de Japón, no obstante, asegura que no hay planes de ampliar el área de evacuación más allá del radio establecido de 20 kilómetros de la planta de Fukushima. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón insistió en que la prioridad es enfriar con el agua suficiente los reactores 3 y 4, y especialmente sus piscinas de combustible atómico. Éstas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo.
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