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martes, 15 de marzo de 2011

No habrá zona de exclusión aérea sobre Libia



Francia y Gran Bretaña intentaron en la última semana convencer a sus socios del G8 y de la Unión Europea de establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia o de efectuar ataques aéreos selectivos para debilitar la potencia militar de Gadafi y evitar su avance hacia el este del país.

Esa opción "ha sido descartada" y "no es eso lo que hoy en día frenará el avance de Khadafi", afirmó el jefe de la diplomacia francesa.
Los cancilleres del G8 estimaron que "a la mayor brevedad es necesario que (...) el Consejo de Seguridad se pronuncie nuevamente para adoptar una serie de medidas destinadas a incrementar la presión sobre Khadafi", indicó Juppé.

El ministro francés explicó que Francia no fue respaldada en su iniciativa "simplemente porque algunos de nuestros socios se oponían a cualquier evocación del uso de la fueza militar". "Sin ánimo de polemizar puedo decir que en primer lugar estaba mi colega alemán, Rusia no era muy entusiasta y Estados Unidos tardó mucho en definir su posición", agregó.

Las declaraciones del ministro francés se produjeron horas después de una nueva comparecencia mediática del líder libio. Como en ocasiones anteriores, el dictador azuzó el fantasma de Al Qaeda contra Occidente.

En estos momentos, Khadafi asegura luchar contra la red terrorista, pero si Occidente actúa con él como lo hizo contra Sadam Hussein en Irak dejará de hacerlo. Anteriormente, el libio responsabilizó a la red fundamentalista de la insurgencia contra su régimen.



El diario francés Il Giornale señala que Khafadi no ve espacio para un diálogo con los rebeldes opositores: "No es posible negociar con terroristas asociados con (el líder de Al Qaeda) Bin Laden".
El Gobierno libio cree que la reconquista del territorio controlado por la insurgencia es sólo una cuestión de tiempo y que la comunidad internacional no sabe realmente lo que ocurre en Libia. Khadafi, que restringe sobremanera los movimientos de la prensa y la mantiene aislada en un hotel de Trípoli, a la vez invitó a una comisión internacional a viajar al país para ser testigos directos de la situación.
El beduino mostró decepción con el jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, mientras calificó al presidente francés, Nicolas Sarkozy de "enfermo mental". En cuanto haya en Europa otros gobiernos, "quizá Libia pueda considerar después nuevas relaciones con Occidente", añadió.
Mientras su Ejército se adelanta hacia el este, los ministros del G-8 no se deciden a aprobar una intervención de sus ejércitos en el norte de África. "No los he convencido aún", dijo el ministro del ramo francés y anfitrión del encuentro, Alain Juppé, sobre sus colegas en el encuentro, al tiempo que expresó los temores de que Khadafi reconquiste el feudo rebelde de Bengasi. 

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