El Gobierno estadounidense ha acusado a Irán de ayudar, en secreto, al régimen sirio de Bashar Asad a reprimir las revueltas que se están dando en el país, según afirma el diario americano 'The Wall Street Journal'.
Estados Unidos acusa a Teherán de proporcionar material para desalojar las calles y asistencia para bloquear y monitorizar la actividad de los manifestantes a través de internet y los teléfonos móviles.
"Creemos que Irán está asistiendo materialmente al Gobierno sirio en sus esfuerzos para acabar con su propia gente", afirmó un portavoz de la administración Obama.
Según comunicaciones interceptadas por las agencias de espionaje norteamericanas, Irán está explorando vías para ayudar a los chiíes intransigentes de Bahrein y Yemen, además de modos de desestabilizar a los aliados de Estados Unidos en la zona. La administración Obama cree que estos movimientos son un desafío a los intereses tanto estadounidenses como de Arabia Saudíy apoyan las tensiones religiosas en Oriente Próximo.
Sin embargo, funcionarios del país americano afirman que no ven a Irán como la precursora tras las revueltas populares contra aliados de Occidente. Afirman que tampoco pueden aportar pruebas concretas de que Irán está proporcionando apoyo financiero o militar a los opositores de Bahrein o Yemen.
Lo más lejos que han llegado los funcionarios estadounidenses ha sido decir que la aspiración de Irán a largo plazo es proyectar su influencia en esos lugares.
Un juego de poder e influencia
Según el diario neoyorquino, la inteligencia de Estados Unidos pretende dar a entender a Irán que Washington somete a una estrecha vigilancia al régimen iraní.
Del mismo modo, sería un gesto para demostrar su apoyo a dos aliados clave en la región, Arabia Saudí e Israel.
Además, el Gobierno de Obama considera que el reciente apoyo de Ahmadineyad a Asad refleja la preocupación de Teherán ante la posibilidad de perder un aliado crítico, estratégico y militar contra Israel.
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