Cuando todavía está fresca la probablemente última visita de Gates a Iraq como secretario de Defensa norteamericano, personas de distintos estratos políticos, sociales y religiosos se concentraron para advertir de las consecuencias de prolongar la ocupación extranjera del país.
El clérigo chita Muqtada Al-Sadr, quien vive autoexiliado en Irán, envió un mensaje a la multitudinaria concentración de Bagdad y amenazó con "reactivar" el Ejército Mehdi, si Washington incumple el acuerdo para sacar sus efectivos de aquí antes del 31 de diciembre próximo.
"Si los norteamericanos no se van de Iraq en tiempo, incrementaremos la resistencia y reiniciaremos las actividades del Ejército Mehdi", dijo Al-Sadr en alusión a la milicia que desarticuló en 2007 y que fue de las más efectivas en la lucha contra la coalición foránea.
Las movilizaciones coincidieron con el octavo aniversario del derrocamiento del expresidente Saddam Hussein, ocurrido poco después de la invasión y ocupación comandada por Estados Unidos en marzo de 2003 con el alegado fin de hallar armas de destrucción masiva.
Con consignas contra Estados Unidos, Israel y llamados a la unidad de la mayoritaria población chiita y la minoría sunnita iraquíes, los participantes en la demostración urgieron al gobierno del primer ministro Nouri Al-Maliki a no ceder a las pretensiones de Washington. Gates, quien habló entre miércoles y viernes con Al-Maliki, el presidente Jalal Talabani y el viceprimer ministro Saleh Al-Mutlaq, visitó a las tropas de su país emplazadas en Mosul y adelantó la posibilidad de que extiendan su presencia más allá de este año.
En ese sentido, urgió el jueves a las autoridades de Bagdad a analizar las eventuales necesidades de asistencia militar y "decidirlo muy rápido", para que el Pentágono estudie si avala o no la prórroga.
Un acuerdo de diciembre de 2008 estableció una reducción significativa de los entonces más de 160 mil efectivos norteamericanos para agosto de 2010, cuando se quedaron unos 47 mil, y su repliegue total del país mesopotámico antes del inicio de 2012.
Para aplacar la irritación ante la eventual prolongación de la ocupación estadounidense, el portavoz gubernamental Ali Al-Dabbagh aseguró ayer que Al-Maliki no desea extender la presencia de los militares porque Iraq está capacitada para asumir su propia seguridad.
El gobierno prohibió la circulación vial en el centro bagdadí para garantizar la seguridad de la protesta, en la que se recordó que más de un millón 400 mil nacionales, la mayoría civiles, murieron durante la ocupación, frente a cuatro mil 446 militares de Estados Unidos.
rc/ucl
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