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lunes, 9 de abril de 2012

«Europa influiría más en el mundo si tuviera una mayor capacidad militar»

foto rt

JAIME GARCÍA

En el último discurso del Estado de la Unión, Barack Obama mencionó el reciente libro de Robert Kagan, «The World America Made» (El mundo que América hizo), como autorizada voz contra quienes dicen que Estados Unidos se encuentra en declive y está cediendo el cetro mundial a China. El presidente estadounidenses citaba en realidad a alguien crítico con la Casa Blanca. A pesar de ser analista de la más bien demócrata Brookings Institution, Kagan es una de las figuras más distinguidas del conservadurismo geopolítico de Washington. En esta campaña electoral asesora al republicano Mitt Romney.

—La tesis de su libro es que no hay declive de Estados Unidos. Pero vemos un mundo más multilateral, desde el G-20 a la intervención aliada en Libia.

—No creo que cuando suceden cosas multilateralmente, ocurran porque EE.UU. está en declive. El éxito de Estados Unidos no radica en hacer todo por sí mismo, sino en la salud del orden internacional salido de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos no es ahora más poderoso, pero tampoco menos.

—¿Por qué asegura que un orden multipolar conduciría a un mundo menos liberal y democrático?

-Históricamente, el mundo ha ido en una dirección democrática o autocrática en función de las grandes coaliciones de poder. En un mundo en el que las autocracias fueran más influyentes que las democracias quizás no habría habido Primavera Arabe. Si el poder de EE.UU. declina y el de China aumenta, sería malo para la democracia en el mundo.

—No ve a Estados Unidos en declive, pero es innegable la creciente rivalidad de China.

—El problema estratégico de China es que está rodeada por grandes potencias, como India, Japón y Corea, y otros países también con significativo poder, como Australia e Indonesia. Para que hubiera un mundo bipolar, primero China debería ser hegemónica en esa región, y eso es difícil de imaginar. Si EE.UU. declinara, el resultado sería un mundo multipolar.

—Usted advierte que el ascenso chino será preocupante para EE.UU. si China aumenta su esfuerzo militar. Eso ya está ocurriendo.

—La tendencia es preocupante. Si China escoge un fuerte camino militar, aumentará la probabilidad de confrontación y choques con EE.UU. La meta de la política americana es que China se vuelque en la actividad económica. Una senda militar como la que siguieron Alemania y Japón en el siglo XIX no siempre acaban bien.

—¿Qué le falta a Europa para poder jugar un papel de superpotencia?

—Europa cometió el error de enfatizar la economía y no jugar el papel de potencia militar. Dos guerras mundiales en el siglo XX lo hacen comprensible, pero Europa sería un jugador más influyente en la escena mundial si tuviera mayor capacidad militar. Como describió Robert Cooper, la UE es un sistema posmoderno que opera de modo distinto al que históricamente han operado las naciones. El problema para la UE es que el resto del mundo no se ha movido en esa dirección y sigue creyendo en el poder militar y la política de fuerza.

—¿Qué aciertos ve en la política exterior de Obama?

—El presidente Obama ha desarrollado una inteligente política en Asia, reconfirmando el papel central de EE.UU. en el sudeste asiático mediante la advertencia a China de que no puede jugar fuerte en el Mar de China Meridional. En la Primavera Árabe finalmente la Administración hizo lo correcto, pero fui crítico con las dudas en Egipto y el lento movimiento en Libia.

—¿También lentitud en Siria?

—Creo que si estuviéramos en el primer año de su segundo mandato, Obama actuaría de modo más decidido. Está constreñido por su percepción de que el pueblo americano no apoyaría otra intervención, y además su mensaje de campaña es que está poniendo fin a la guerra. Si no estuviéramos en momento electoral, habría respondido de modo similar a como respondió en Libia.

—¿Ve acción contra Irán tras las elecciones estodunidenses?

—Las negociaciones que van a comenzar ahora probablemente no producirán nada. Creo que el próximo presidente de EE.UU., sea Obama o sea Romney, se tomará muy seriamente la posibilidad de una acción militar. Si tiene que hacerse, realmente tiene que ser EE.UU., un ataque de Israel solo no creo que tuviera éxito.

—¿Y qué fracasos ve en la presidencia de Obama?

—El mayor es no haber logrado un acuerdo con Irak para mantener la presencia de tropas estadounidenses después de 2011. Creo que él o su sucesor pagará un alto precio por eso. Si en Irak se desencadena una guerra sectaria, fácilmente otras potencias regionales serían arrastradas al conflicto.


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