Un grupo de expertos RAW-G (Raptor Aeromedical Working Group) formado hace una década intentaron encontrar solución al problema ya durante la primera etapa de la producción del avión, según informa AP a partir de unos documentos y mensajes electrónicos secretos.
El grupo presentó sus recomendaciones en 2005 y celebró su última reunión en 2007, poco antes de que fuera disuelto. El Ejército rechazó las propuestas para mejorar el sistema de suministro de oxígeno y de las máscaras de oxígeno por razones puramente económicas: el proyecto del F-22 ya figuraba en el presupuesto y no querían gastar más de 190 millones de dólares en el avión.
Un año después de que el grupo RAW-G fuera disuelto, los pilotos del F-22 empezaron a quejarse de la infame 'tos de Raptor' y los mareos durante los vuelos a grandes alturas. En 2010, la hipoxia fue considerada el principal factor que provocó el fatal accidente del F-22 en Alaska que se cobró la vida del coronel Jack McMullen, comandante del Ala Tercera de la Fuerza Aérea. El avión volaba a una velocidad tan alta que solo se pudieron recuperar unos pequeños fragmentos de los restos de la nave aérea. El cuerpo de McMullen nunca fue hallado.
La Fuerza Aérea limitó el uso del avión cuatro meses después del accidente, los aviones F-22 solo se utilizaban en altitudes donde los pilotos no necesitaban máscaras de oxígeno. Otro golpe contra el prestigio del F-22 fue la entrevista de dos pilotos, el mayor Jeremy Gordon y el capitán Josh Wilson, a CBS News. Los militares revelaron sus preocupaciones acerca del F-22 Raptor. “¿El F-22 es seguro para los vuelos?”, les preguntaron. “No me siento confortable manejando el F-22”, dijo Gordon. “La hipoxia es muy peligrosa. Sus ataques son muy viles”, comentó Gordon.
Recientemente el Congreso decidió que el F-22 era demasiado caro, que de hecho significó una sentencia de muerte para el programa. La producción del avión se detuvo en la primavera pasada con menos de 200 unidades producidas. El plan de producción inicial solicitaba más de 2.000 de aviones Raptor. Actualmente la Fuerza Aérea planea introducir algunas de las medidas propuestas por el grupo G-RAW, como el sistema de oxígeno de reserva y el reemplazo de la válvula defectuosa en los chalecos de los pilotos.
El denominado "mejor avión de combate de la historia" nunca ha sido probado en un combate directo, a pesar de que EE.UU. se encontraba en un estado de guerra casi constante desde que invadió Afganistán en 2001. La mayoría de las supuestas ventajas del F-22 Raptor, en este momento, siguen siendo totalmente teóricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario