En un discurso ofrecido en la sede de la asociación judía United Jewish Israel Appealen Londres, el primer ministro David Cameron explicó que le pidió a su par israelíBenjamin Netanyahu que no ordene una acción militar ahora porque supondría "seguirle el juego a Irán". "En estos momentos el régimen afronta una presión sin precedentes, la gente se manifiesta en sus calles y su único aliado en Siria está a punto de perder el poder. Un ataque exterior es la oportunidad que Irán espera para unir de nuevo a su pueblo contra el enemigo extranjero", señaló el líder conservador.
Además, Cameron pidió tiempo para que las sanciones contra Teherán como el nuevo paquete aprobado el lunes por la Unión Europea, que afectarán a sus finanzas, energía y transportes, surjan efecto. "Hay señales de que los iraníes están empezando a cuestionar la estrategia del régimen, incluso desde grupos progubernamentales. (...) Están llevando a su gente al aislamiento internacional y al colapso económico. Y lo saben", indicó el político conservador.
Aunque apostó por la vía del diálogo y las sanciones para detener el programa nuclear de Irán, Cameron no descartó la solución militar si el régimen de Mahmoud Ahmadinejad se equivoca de decisión. "A largo plazo, si Irán tomara la decisión incorrecta, todas las opciones estarían sobre la mesa. Un Irán con armamento nuclear es una amenaza para Israel y para el mundo. Este país trabajará de manera inquebrantable para que no pase", apuntó Cameron.
Este lunes, la Unión Europea aprobó nuevas sanciones que apuntan en particular a los sectores energético y financiero, para forzar a Teherán a retornar a la mesa de negociaciones por su polémico programa nuclear, cuyo objetivo puramente civil no es, según Cameron, ni "remotamente creíble".
Según el primer ministro británico, las sanciones europeas tomadas hasta ahora han tenido un "impacto que nadie esperaba hace un año", especialmente en el desarrollo del programa nuclear y en las exportaciones de petróleo, y en consecuencia en la economía.
En la declaración emitida el lunes desde Luxemburgo por la UE, Irán es criticado por la "flagrante violación" de sus deberes en el marco de la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Entre otras cosas, los ministros europeos decidieron prohibir toda transacción entre entidades bancarias europeas e iraníes, con la excepción de aquellas con fines humanitarios, que deberán solicitar un permiso especial. Asimismo, se prohibieron las exportaciones de grafito, de determinados metales y software para la construcción de embarcaciones. Tampoco se podrán brindar servicios de cargueros de petróleo, ni construir cargueros para el país, ni importar gas natural procedente de Irán. Otras 34 empresas pasaron a integrar además la lista negra de la UE y estará prohibido comerciar con ellas.
Por su parte, el vocero de la Casa Blanca Jay Carney dijo que "Estados Unidos saluda la adopción por la UE de importantes nuevas sanciones al gobierno iraní en respuesta a la continuada violación de sus obligaciones internacionales respecto de su programa nuclear". "Los líderes de Irán han hecho elecciones conscientes sobre cómo administran su economía, cómo priorizan su presupuesto y cómo responden a las inquietudes de su pueblo", advirtió el portavoz presidencial. "El régimen ha elegido gastarse dinero en actividades nucleares en violación de sus obligaciones internacionales, ha apoyado el brutal régimen de Bashar al Assad y ha elegido posibilitar actos terroristas en todo el mundo, así como realizar actividades desestabilizadoreas en la región", agregó.
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