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jueves, 23 de junio de 2011

Los errores en Libia minan a la OTAN


Estados Unidos ha reconocido que ha perdido uno de sus helicópteros no tripulados en Libia, en medio de un agrio debate político en Washington sobre la posibilidad de que el Congreso no autorice la prolongación de la presencia militar americana en esta operación, y otro no menos áspero en Europa, apropósito de la sucesión de fallos en el lanzamiento de misiles, que han causado la muerte de al menos 24 civiles en los últimos días. La OTAN ha reconocido que cada muerte «es una tragedia», pero sus portavoces han intentado mantener la credibilidad de una operación cuyos objetivos parecen todavía inalcanzables, al menos si no se utilizan más que aviones y misiles.

El teniente coronel Mike Bracken, portavoz de la misión «Protector Unificado» dijo ayer que a su juicio las críticas que se han vertido contra los errores que han causado víctimas civiles «no ponen en duda nuestra credibilidad ni nuestra reputación». Pero es un hecho que, en estas circunstancias, el régimen de Gadafi se puede permitir el lujo de intoxicar a la opinión pública con una guerra de propaganda que puede debilitar el apoyo social a la operación.

El teniente coronel Bracken se defendió en una videoconferencia entre la sede de la OTAN en Bruselas y el centro de mando de Nápoles diciendo que «lo que es intolerable es utilizar a civiles como escudos humanos o disparar misiles desde mezquitas, como hace el régimen de Gadafi».

En la televisión bajo su control, Gadafi ha mostrado imágenes de los restos del helicóptero americano que ha caído en Zliten, unos 40 kilómetros al oeste de la ciudad de Misrata, que ya está en poder de los rebeldes. Se trata del primer aparato que pierde la OTAN en esta operación. Aunque según la televisión de Gadafi se trataría de un «Apache», fuentes norteamericanas han reconocido que en realidad es un nuevo modelo de helicóptero no tripulado, el MQ-8B Fire Scout, que realizaba labores de reconocimiento. El aparato estaba basado en un buque de la marina norteamericana que se encuentra en la costa libia y oficialmente no se ha explicado si ha sido derribado o si su pérdida ha sido a causa de un fallo mecánico.
Guerra de propaganda
El uso de tal tipo de aeronaves es cada vez más necesario en esta extraña guerra en la que la potencia de fuego de la OTAN se está quedando sin objetivos evidentes a los que atacar, después de haber aplastado el grueso de la estructura concvencional del ejercito libio. En esta incesante búsqueda de blancos, no es de extrañar que cada vez se produzcan más equivocaciones.
A pesar de que afirma seleccionar «minuciosamente» los objetivos de sus ataques, la OTAN no ha tenido más remedio que reconocer que un misil disparado el domingo por la noche desde un avión se desvió de su trayectoria en los alrededores de Tripoli y alcanzó una vivienda donde murieron nueve personas, cinco de ellas de la misma familia. Sin embargo, el ataque a la zona de Surnam, al oeste de la capital y que ha causado según el régimen de Gadafi 15 muertos, es para la OTAN un «objetivo legítimo» puesto que se trataría de «un centro de mando importante» situado en una residencia propiedad de Khouildi Hmidi, una personalidad muy próxima a Gadafi. La OTAN mostró fotografías aéreas en las que se aprecian edificios destruidos identificados como «centros de mandom de gran interés» y otros intactos, identificados como una mezquita y una escuela. Oana Lungescu, la portavoz de la OTAN insistió en «poner las cosas en su contexto»para recordar que «fue Gadafi quien empezó atacando con carros de combate y artillería a ciudades» de su propio país.


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