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lunes, 7 de noviembre de 2011

Nuevas prioridades espaciales de Rusia



En Rusia hay un proverbio equivalente a: “No hay mal que por bien no venga”. Así las cosas, ha sido la desgracia, es decir, los fracasos y las catástrofes de la cosmonáutica rusa la que ha motivado a la dirección de la Agencia Espacial Roskosmos a dar un giro decisivo hacia los programas no pilotados.

Vladímir Popovkin

Vladímir Popovkin, director de Roskosmos, realizó una declaración ante la Duma a mediados de octubre en la explicaba que a partir de este momento la dirección principal de la actividad espacial del país “sería el aumento y el desarrollo cualitativo de las constelaciones y grupos de satélites”. Las prioridades consistirán en ampliar la gama de servicios de navegación por satélite, el sondeo de la superficie terrestre a distancia y las comunicaciones. De modo que los programas pilotados y la Estación Espacial Internacional (ISS) perderán protagonismo.

En otras palabras, la cosmonáutica rusa, no sólo en teoría sino también en la práctica, pretende obtener la mayor rentabilidad posible de cada rublo invertido.

Recordemos que hace unos meses atrás, el 24 de agosto, se produjo uno de los momentos más ingratos de la historia de la agencia rusa: una lanzadera espacial Soyuz-U, famosa por su fiabilidad, se desintegró inmediatamente después del despegue. Además, la nave de transporte de carga Progress, el principal “proveedor” de la ISS, desapareció en el espacio.

Lanzador Soyuz

Y durante el mismo mes se perdió el costoso satélite de comunicación Express-АМ4 que, debido a los fallos en la parte superior del cohete lanzador, salió a una órbita que no estaba prevista. El anterior diciembre, de nuevo a causa de la parte superior del cohete, se convirtieron en basura espacial tres aparatos del programa prioritario ruso de navegación por satélite, conocido como GLONASS.

A partir de ahora los programas pilotados, que durante las últimas décadas constituían uno de los programas más importantes, dejarán de ser una prioridad. “Hacia 2015 prevemos aumentar el número de satélites para el sondeo terrestre a distancia (de 5 a 20 aparatos espaciales). Los satélites de navegación GLONASS, pasarán de 24 a 30, y los satélites de comunicación y del sistema KOSPAS -SARSAT, de 26 a 48″, explicó Popovkin. También declaró que “más del 37% de los recursos del Programa Espacial Federal hasta 2015 serán dirigidos a los medios de lanzamiento y el perfeccionamiento de la infraestructura terrestre”.

Asimismo, el presidente de Roskosmos señaló que actualmente Rusia ocupa tan sólo el 3% del mercado espacial mundial en cuanto a prestación de servicios comerciales. Al mismo tiempo, la Federación de Rusia sigue ocupando una importante posición en cuanto a los servicios de lanzamiento espacial, ya que le corresponde el 40% de los lanzamientos anuales del mundo. Sin embargo, apenas obtiene beneficios por estos servicios de “taxista”, si lo comparamos con otras tarifas internacionales. Por lo visto, Popovkin pensó en eliminar este desajuste cuando habló a los diputados de la Duma.

De lo que somos capaces

Glonass M

GLONASS es uno de los principales sistemas de satélites rusos, tanto desde un punto de vista comercial como para el fortalecimiento de la cooperación internacional. Dentro de un mes aproximadamente, la señal del sistema ruso de navegación por satélite será accesible para su recepción en todo el mundo. Así será cuando se ponga en marcha el satélite GLONASS-М, en órbita desde principios de octubre. Este satélite terminó de conformar la agrupación orbital del sistema, que según información oficial es de 28 satélites.

Los primeros fueron desplegados por el Ministerio de Defensa de la URSS a mediados de los años 80, en respuesta al sistema estadounidense GPS que estaba cobrando fuerza y se basaba en el sistema de dispositivos espaciales Navstar. Sin embargo, la Unión Soviética no tuvo tiempo para completar su sistema de navegación por satélite.

El sistema GLONASS, pensado para garantizar servicios de navegación global a un número ilimitado de usuarios localizados en tierra, mar y aire fue puesto en marcha en 1993. Hay que señalar que el acceso a las señales civiles de navegación es gratuito y sin límites para todos los usuarios desde cualquier punto del planeta.

KOSPAS-SARSAT

Por otro lado, el sistema KOSPAS-SARSAT (KOSPAS – Sistema Espacial de Búsqueda de Barcos Averiados, SARSAT – Search And Rescue Satellite-Aided Tracking) es menos conocido. Está pensado para la búsqueda de objetos marítimos, aéreos o terrestres que hayan sufrido algún accidente. En el auge de la “guerra fría” este sistema se convirtió en el primer instrumento real para la cooperación práctica en materia espacial internacional.

En 1982 la Unión Soviética y los países occidentales empezaron a desarrollarlo en conjunto. Su objetivo consiste en detectar, en caso de accidente, las coordenadas de las radiobalizas de los barcos y los aviones.

Se utilizan varios satélites situados en órbitas circulares cercanas a los Polos, a una altura de 800-1000 kilómetros, y equipados con aparatos de radio preparados para detectar las señales de socorro transmitidas por las radiobalizas de emergencia, y a su vez retransmitirlas a las estaciones terrestres de recepción y tratamiento de información. Según los acuerdos intergubernamentales, al menos dos satélites de los que se encuentren en órbita tienen que ser rusos.

El primer caso práctico de salvamento gracias a este sistema tuvo lugar el 10 de septiembre de 1982, en la etapa de pruebas de medios técnicos, cuando el satélite soviético Kosmos-1384 retransmitió la señal de socorro de un pequeño avión que se había caído en unas montañas de Canadá. Una estación terrestre situada en el país norteamericano recibió la señal perfectamente y se pudo salvar la vida a tres personas.

Funcionamiento del sistema

El sistema ha demostrado su alta calidad. Tan sólo en 1998 se llevaron a cabo 385 operaciones de rescate en las que fueron salvadas 1334 personas. A principios de 2002, el sistema KOSPAS-SARSAT había contribuido al rescate de más de 10.000.

Aun así, los intereses de los programas rusos no pilotados no se limitan al espacio alrededor de la Tierra. A mediados de octubre, Ígor Mitrofánov director del Laboratorio de Gammaespectroscopia Espacial del Instituto de Estudios Espaciales de la Academia de las Ciencias de Rusia, comunicó que los investigadores rusos habían elegido las posibles localizaciones para el aterrizaje del aparato Luna-Glob. El objetivo principal del dispositivo consiste en buscar agua en la Luna y está siendo construido por la Unión Científica e Industrial Lávochkin. El lanzamiento está previsto para 2014.

Según el investigador ya se han elegido seis localizaciones posibles para el aterrizaje: tres cercanas al Polo Norte y otras tres cercanas al Polo Sur. “Nos hemos basado en cuatro criterios: una plataforma llana, tiempo suficiente de radiación solar, posibilidad de visión por radio desde la Tierra y medios adecuados para la investigación científica”, comentó I. Mitrofánov. A la hora de elegir los objetivos, los investigadores se habían basado, entre otras cosas, en los datos recogidos por el aparato estadounidense LRO. En este punto es difícil no recordar a John F. Kennedy, que a principios de los años 60, a pesar de la confrontación casi abierta que existía entre ambos países, propuso aunar esfuerzos en el programa lunar. Parece que ya es hora de aceptar la propuesta…


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