Leopard 2E en la base madrileña de El Goloso (Archivo).
El Gobierno ha decidido apoyar el pujante sector exportador de la industria de Defensa y colocar al Estado como 'gestor' en las operaciones, concursos y programas de compra de armamento que se desarrollan en otros países y en los que las empresas españolas tengan interés en concurrir. Es una medida incluida en el decreto ley de liberalización del comercio aprobado por el Consejo de Ministros para que las compañías nacionales puedan competir en igualdad de condiciones con las de las grandes potencias occidentales del sector (Estados Unidos o Francia). España es ya el séptimo país exportador de material de Defensa (2.400 millones en 2011) y busca abrirse en nuevos mercados como Arabia Saudí.
El citado decreto ley, que busca dinamizar el mercado interior y apuntalar las exportaciones, también recoge una vieja aspiración de las industrias de Defensa establecidas en España (la mayoría nacionales o multinacionales europeas): que el Estado vaya por delante en los grandes concursos de adquisición de programas de armamento. Es un apoyo importante en un escenario internacional muy variado, donde hay países de economía emergente o con regímenes ajenos a la tradición democrática occidental que prefieren entenderse directamente con los Gobiernos. Así lo hacen ya los grandes exportadores como Estados Unidos, el primero en todo el mundo, y la gran potencia europea en el sector, Francia.
Ahora mismo los principales retos de la industria nacional de armamento consisten en mantener e incrementar las carteras de pedidos de fragatas, patrulleros y buques de guerra multiuso que fabrica Navantia en sus astilleros y vender los blindados pesados Leopard que la antigua Santa Bárbara(ahora filial del gigante estadounidense General Dynamics) monta en sus factorías.
Arabia Saudí está a punto de abrir un concurso para adquirir unos 250 carros de combate pesados, los Leopard de licencia alemana fabricados en España (los Mercedes de los blindados), el contrato asciende a unos 3.000 millones y sería la salvación para la compañía española. La correspondiente y original industria alemana también está interesada en ese mercado y el Gobierno está dispuesto a ponerse al frente de las negociaciones como ha demostrado el ministro de Defensa, Pedro Morenés, al desplazarse hace dos semanas a Arabia Saudí para entrevistarse con el príncipe Salman Bin Abdul Al Saud, jefe de las Fuerzas Armadas del país. Morenés llevaba un mensaje de Su Majestad el Rey para el rey Abdalá.
Con las inversiones directas y las compras internas paralizadas por la crisis y los recortes presupuestarios, el Gobierno da ahora rango de ley a la decisión del ministro de Defensa de impulsar las exportaciones de la industria nacional. Según explican en fuentes del departamento, "son pocos los gobiernos que no solicitan que sus adquisiciones vayan acompañadas de algún tipo de respaldo por parte de los Ministerios de Defensa de los países cuyas empresas suministran dicho material" y "muchos exigen celebrar negocios con el Gobierno del país de origen, depositando en éste la gestión de los programas en todas sus fases".
El nuevo modelo que incorpora el decreto ley, inspirado en las prácticas de los Estados Unidos y Francia, consiste en la celebración de un contrato entre el Gobierno de España y un Gobierno extranjero por el cual el Ministerio de Defensa adquiere el compromiso de, por cuenta del citado Gobierno extranjero, gestionar la compra de un determinado material de defensa o una determinada tecnología.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa en representación del Ejecutivo del otro país, se ocupa de las cuestiones del 'tráfico jurídico', pudiendo contratar utilizando la normativa del sector público. Para esta última actividad se lleve a cabo del modo más garantista posible para el Estado, se aplicarán los mecanismos vigentes de contratación administrativa. En resumen, el Estado se convierte en "gestor" de las industrias de Defensa para sus operaciones en el exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario