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lunes, 28 de mayo de 2012

Polonia choca con Rusia


El escudo antimisiles que Barack Obama está desplegando en Europa en el marco de la OTAN tiene en la parte oriental del Viejo Continente a tres países clave: Polonia, Rumanía y Bulgaria. Firmes aliados de Estados Unidos e integrados en la Alianza, estos países poscomunistas apoyan sin fisuras el actual sistema antibalístico. La radical oposición de Rusia a esta iniciativa de defensa, porque considera que atenta contra su seguridad, no ha hecho retroceder a ninguno de ellos, pero es Polonia, que aspira a desempeñar un papel de potencia media en el panorama internacional, el Estado más radicalizado en el enfrentamiento con Moscú.
Los mandatarios polacos, aunque se muestren dispuestos a dialogar con Rusia sobre el despliegue del escudo, se oponen a que su país pueda influir en el proceso y piden que la OTAN sea estrictamente independiente de los deseos del Kremlin. Dirigentes como el presidente, Bronislaw Komorowski, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, ambos de la liberal Plataforma Cívica (PO), se han pronunciado en esta línea. El jefe de la oposición y líder del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, va mucho más lejos al posicionarse a favor de un enfrentamiento político y diplomático con Rusia.
En este contexto, el ministro de Defensa polaco, Tomasz Siemoniak, puso de manifiesto que el Kremlin «no tiene derecho de veto ni puede interferir en el sistema de defensa de la OTAN en Europa». Por su parte, el presidente del Senado, Bogdan Borusewicz, insistió en que «la discusión (sobre el despliegue del escudo) debe seguir con las autoridades rusas, para que no crean que este sistema está dirigido contra su país, pero un Estado que no es parte de la OTAN, como Rusia, no puede intervenir en el sistema de defensa de la Alianza».
Protegido
Borusewicz realizó estas declaraciones después de la cumbre que se celebró la pasada semana en Chicago (EE UU), en la que su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, anunció la puesta en marcha de la primera fase del escudo antimisiles. Por su parte, el presidente rumano, Traian Basescu, anunció que el sistema que se instalará en su territorio «estará operativo en 2015», y su homólogo búlgaro, Rosen Plevneliev, aseguró que «el 100% de Bulgaria ya está protegido».
A principios de mayo, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, el general Nikolaï Makarov, ya advirtió a la OTAN de que Rusia podría golpear de manera preventiva las infraestructuras del escudo en caso de amenaza para su seguridad. No es la primera vez que un alto militar del Kremlin se pronuncia en esta línea. El año pasado, el jefe de la dirección general operativa, el general Andrei Tretiak, sostuvo que el despliegue del sistema antimisiles es «una amenaza real» para su país.
En la cumbre de la Alianza Atlántica celebrada en Lisboa en 2010, Moscú y Washington acordaron cooperar en el terreno de la defensa antimisiles europea, pero después no lograron alcanzar ningún acuerdo concreto. En Europa del Este, el escudo cuenta con varias lanzaderas de misiles 'Patriot' en una base situada al noreste de Polonia, a un centenar de kilómetros de la frontera con Rusia, también dispone de una base de interceptores de cohetes de medio alcance y del modelo SM-3 en Rumanía, a unos 70 kilómetros de la central nuclear búlgara de Kozloduy, y dos radares en Bulgaria. Además, Moldavia -un país que perteneció a la URSS- también se ha mostrado dispuesto a colaborar en el desarrollo del escudo antimisiles.


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