Los servicios secretos de EEUU tendrán en breve un poderoso aliado en el espacio: el satélite de espionaje 'NROL-32', el mayor del mundo, despegó la noche del domingo para entrar en órbita con una misión estrictamente secreta, según fuentes de la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO, en sus siglas en inglés).
Para hacerse una idea de las dimensiones del satélite basta con saber que fue lanzado a bordo del Delta-4, de 72 metros de altura, el mayor cohete con el que cuenta EEUU para misiones no tripuladas de este tipo.
"El satélite consta posiblemente de receptores de precisión y de una antena con un diámetro de hasta 100 metros", según explicó el experto espacial Ted Molczan a la revista especializada online 'space.com'. Sobre sus tareas, se cree que realizará escuchas masivas desde una órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altura.
El director del NRO, Bruce Carlson, había anunciado a mediados de septiembre que el Delta-4 despegaría "con el mayor satélite del mundo".
Protección desde el espacio
El propio Carlson explicó entonces la misión de su organismo, encargado de la construcción y gestión de los satélites espías estadounidenses: "Siempre vigilantes, los ojos y oídos del NRO proporcionan a políticos, analistas de servicios secretos y especialistas de protección del clima lasinformaciones clave para que EEUU siga estando seguro y libre".
El organismo se ha mostrado especialmente activo en el último tiempo. El lanzamiento del 'NROL-32' es el segundo en dos meses, después de que el 20 de septiembre se enviara al espacio el 'NROL- 41'. Se trata de "la serie de lanzamientos más decisiva registrada por la NRO en 20 años", subrayó Carlson.
Hasta finales de marzo el organismo lanzará al menos otros tres equipos de máxima tecnología desde Cabo Cañaveral o desde la base aérea californiana de Vandenberg.
Reemplazo de satélites
La "muy importante" cadena de envíos permitirá reemplazar otros satélites que van quedando obsoletos. "Compramos la mayor parte de nuestros satélites con una vida útil de tres, cinco u ocho años, pero los tuvimos en el espacio diez, 12 o hasta 20 años", explicó Carlson.
Buena parte de esas tecnologías se desarrolló en tiempos de la Guerra Fría, pero aún hoy es clave para seguir recolectando diariamente informaciones tácticas de inteligencia. Por eso, destacó Carlson, sus renovación en el espacio permitirá a los servicios secretos y al Pentágono una nueva era de escuchas y vigilancia.
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