Amnistía Internacional publicó ayer un exhaustivo informe en el que documenta, con nombre, apellido y fecha decenas de abusos cometidos por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcio, que dirige la transición del país a la democracia.
La organización de derechos humanos acusa a los militares de miles de juicios a civiles (12.000 hasta agosto, de los cuales 13 han sido condenados a muerte), de practicar la tortura en las cárceles y de haber extendido las leyes de emergencia. También, de perseguir y acosar a los críticos. En los últimos días, la respuesta "brutal" a las protestas "excede el expediente de Hosni Mubarak", dijo el director de Amnistía.
Lo peor sucede en las cárceles. Los militares están acusados de someter a "pruebas de virginidad" a detenidas; de golpear y dar descargas eléctricas a reos (uno de ellos relata que se las aplicaron en el pene y en las nalgas y luego fue atado a un poste durante 20 minutos), palizas y todo tipo de torturas que, en su mayoría, quedan impunes, según el documento. Incluso la muerte bajo custodia de un detenido "no ha sido suficientemente investigada". El informe critica la represión de las manifestaciones pacíficas con métodos muy violentos -servirse de matones vestidos de civil para aterrorizar a los manifestantes (conocidos comobaltaguiya); usar munición real, meter coches de policía en la multitud para herir a la gente- y la ley que prohíbe la participación en huelgas y otras formas de protesta.
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