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domingo, 3 de junio de 2012

La pequeña diferencia entre la vida y la muerte


A veces la casualidad nos lo pone todo en contra. A veces una insignificante pieza de metal puede provocar una tragedia. Ocurrió con el accidente que puso fin a la vida del Concorde. Una pequeña pieza metálica desprendida de un McDonnel Douglas DC-10 que acababa de despegar del aeropuerto parisino Charles De Gaulle hizo explotar una de las ruedas del avión supersónico. La llanta golpeó el ala izquierda y desencadenó una serie de acciones catastróficas que terminaron con la vida de todo el pasaje (104 personas) y de 4 clientes del hotel contra el que se estrelló.

 Por Carme Chaparro Hace 20 horas

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