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domingo, 4 de noviembre de 2012

Resucitan los Pucará con motores franceses

Una nota vieja, ¿sera cierta?: 09/09/2011 - Ambito Financiero


Por: Edgardo Aguilera 

La Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) que reestatizó el Gobierno compró la patente y la licencia de fabricación de los motores del avión IA-58 Pucará a la empresa francesa Turbomeca. El contrato se cerró tras una serie de negociaciones y evaluaciones de al menos dos años, lapso que tuvo en vilo la suerte de este veterano bimotor de diseño y construcción argentina, concebido para misiones de contrainsurgencia, aunque ahora recuperó actualidad como «interceptor» de avionetas ilegales.

El antecedente fue la contratación directa Nº 25/2010 de la Fuerza Aérea que contrató a Turbomeca América Latina (90.000 dólares) para la confección de un estudio de factibilidad de industrialización de partes y accesorios de los turbo motores Astazou en el país.

El primer Pucará salió de la línea de producción en agosto de 1969 equipado con motores franceses Turbomeca Astazou XVI-G, con hélices tripala de paso variable. El propulsor es un modelo único, que fue producido exclusivamente por Turbomeca para nuestro país; se fabricaron unos 300 motores en la década del 70; con el paso del tiempo, la empresa francesa discontinuó la producción de repuestos y de esos motores. La Fuerza Aérea consumió los stocks de repuestos y sin poder acceder a reemplazos en el mercado, se suplió la carencia con una práctica generalizada entre los pilotos militares: «canibalizar» algunos aviones para que otros puedan seguir volando. Hoy existen 22 Pucará en el inventario de la fuerza, de los cuales 8 están en condiciones de vuelo y 5 esperan la modernización de equipos de comunicación y aviónica en el hangar 90 de FAdeA.

La crisis afloró en el peor momento -el 21 de julio pasado- cuando Cristina de Kirchner inauguró el Plan Escudo del Norte, de combate al narcotráfico y seguridad del espacio aéreo, en Santiago del Estero. De los tres Pucará asignados, uno debió retornar a la base de Reconquista por fallas en las comunicaciones y en el sistema de navegación.

El contrato firmado entre el presidente de FAdeA, Raúl Argañaraz, y Pascal Geschel de Turbomeca América Latina, cuya sede está en Montevideo, alcanzó una cifra cercana a los 10 millones de dólares. 
El Estado pagará el total en un plazo de tres años por la implementación de una cadena de producción y ensamble del motor con asesoramiento de técnicos franceses y entrenamiento de los operarios de FAdeA, además de un paquete de repuestos y 20 motores nuevos. «El motor es fiel, demostró eficacia a lo largo de 40 años de operación, pero es una tecnología ya superada; en la actualidad hay otras alternativas de menor peso, más potencia, menor consumo y prestaciones amigables con el ambiente», expuso un aviador e ingeniero aeronáutico. «Definir el motor es clave pues de él depende la aviónica enlazada, el tipo de computadora de control y demás periféricos; existe un proceso de modernización que no preveía volver atrás en el propulsor», agrego la fuente.



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