Ignacio Ortega
Moscú, 29 may.- Los misiles antiaéreos rusos S-300 son el "escudo antimisiles" que necesita el régimen sirio de Bachar al Asad para hacer frente a la amenaza de Israel y a una eventual intervención de fuerzas extranjeras en el país, señalaron a Efe expertos rusos.
"Los S-300 son modernos sistemas de misiles que si son equipados y armados al máximo de su potencial pueden ser una gran amenaza para Israel", asegura Vladislav Shuriguin, analista de la revista "Zavtra".
El experto destaca que "los dirigentes rusos están sometidos a una gran presión, ya que los S-300 preocupan mucho a los israelíes, pero el contrato se llevará a cabo. Asad necesita armamento pesado para proteger tropas e infraestructuras".
En su opinión, el actual retraso en el suministro responde exclusivamente a cuestiones técnicas, ya que los sirios deben elegir primero el lugar de emplazamiento de los S-300 e instruir a los militares en su funcionamiento.
Para el experto militar Pavel Felguengauer, el Kremlin "está intentando con todas sus fuerzas garantizar la perpetuación del régimen de Asad con la inestimable ayuda de Irán y Hizbulá".
"No es un negocio. Los S-300 son una especie de barrera contra una posible intervención de EEUU", señala este experto.
Felguengauer destaca que entre los expertos "existe el consenso de que Asad ganará la guerra civil con la ayuda de los rusos e iraníes, de no mediar una intervención occidental como en Libia, y, por el momento, EEUU no quiere intervenir", señala.
En la misma línea, Borís Dolgov, arabista e historiador de la Academia de Ciencias de Rusia, considera que Siria es un país muy importante para ladiplomacia rusa.
"Moscú defiende exclusivamente sus intereses nacionales, ya que si llegan al poder los islamistas radicales, la seguridad rusa se verá amenazada. Le recuerdo que unos dos mil mercenarios del Cáucaso combaten en el bando de los rebeldes sirios", aseveró.
Dolgov, que ha visitado el país árabe en varias ocasiones en los últimos años, considera que "es correcto decir que Siria es un aliado del Kremlin" y que si Rusia quiere ser una potencia mundial no puede renunciar a su último aliado en Oriente Medio.
"Primero Milósevic, después Sadam, hace poco Gadafi y ahora Asad. El próximo podría ser el propio "presidente ruso, Vladímir) Putin", añadió Felguengauer.
En cuanto a la amenaza de una carrera armamentista por la decisión de la Unión Europea de levantar el embargo al suministro de armas a los rebeldes, Shuriguin cree que ésta "ya ha comenzado".
"La realidad es que la oposición ha sufrido duros reveses en las últimas semanas. Las ciudades que controla están aisladas y ha cedido muchas posiciones. En Libia ocurrió lo mismo cuando el Ejército de Gadafi prácticamente rodeaba Bengasi", destaca.
Shuriguin advierte que Siria podría desembocar en una nueva Afganistán, donde Occidente decidió armar a los Muyahidín contra el poder respaldado por la Unión Soviética, que se vio enfrascada en los años 80 del siglo pasado en una guerra que aceleró a la postre su desintegración.
"Todos sabemos cómo acabó aquello: la irrupción de Al Qaeda y del islamismo radical, que se ha convertido en un dolor de cabeza para todo el mundo", recalca.
Al respecto, Dolgov cree que la decisión no tendrá repercusiones militares, puesto que la oposición siria ya está siendo armada -señala- por EEUU a través de terceros países.
"Es una decisión política que únicamente reforzará el radicalismo en Siria y en todo el mundo árabe. La UE dice que armará sólo a los grupo moderados. Eso no tiene sentido, ya que las armas acabarán en manos de Al Qaeda", advierte.
Entonces, añade el historiador, Occidente entenderá que la amenaza de una nueva ola de terrorismo islamista es mucho más peligrosa que la permanencia de Asad en el poder.
Los expertos consultados son pesimistas en relación al éxito de la conferencia internacional propuesta por Rusia y EEUU para el inicio de un proceso de paz en Siria.
"Por una vez en la vida, los intereses de Rusia y EEUU han coincidido. Para Rusia es una iniciativa para ganar tiempo y dar la oportunidad a Asad para que derrote a los rebeldes. Mientras, para Obama es una excusa para no intervenir", comenta Fenguengauer.
Por su parte, Dolgov cree que Occidente no está interesado en un arreglo político en Siria, ya que "su objetivo prioritario es derrocar a Asad, el principal aliado de Irán, y acabar con Hizbulá, el gran enemigo de Israel".
(Agencia EFE)
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