contadores de visitas

miércoles, 24 de noviembre de 2010

EE UU y Seúl pactan maniobras militares conjuntas para disuadir a Pyongyang



El presidente estadounidense, Barack Obama ha decidido este miércoles en conversaciones con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak, iniciar el domingo 28 de noviembre cuatro días de maniobras militares conjuntas que sirvan para anular cualquier conato de violencia de Pyongyang después del ataque con centenares de obuses a una isla surcoreana. Obama ha definido a Pyongyang como"una amenaza que necesita ser tratada" y ha asegurado que no permitirá que vuelva a atacar a su aliada en la región. El USS George Washington, un portaviones nuclear estadounidense con capacidad para transportar 75 aviones y 6.000 soldados, ha zarpado ya de la base japonesa de Yokosuka para comenzar las operaciones en el Mar Amarillo".

Mientras, en Seúl, el mando de la misión de Naciones Unidas en Corea del Sur, que lidera EE UU, hizo un llamamiento al diálogo de altos funcionarios de la ONU "con el Ejército Popular de Corea del Norte para iniciar un intercambio de información y rebajar la tensión". "[El mando de la ONU] investigará el incidente como parte de su responsabilidad de mantener el acuerdo de armisticio [entre las dos Coreas] y determinará cualquier violación", ha explicado a través de un comunicado. El mando es el encargado de supervisar el armisticio con el que finalizó la Guerra de Corea (1950-53).

La respuesta, en Pekín

Ahora todos los ojos se vuelven hacia China. En una entrevista concedida a la periodista Barbara Walters, de la cadena televisiva ABC, Obama ha dicho también que China, el mayor aliado del régimen comunista norcoreano, debe comunicarle a Pyongyang que "hay una serie de normas internacionales que deben cumplirse" . El mandatario ha subrayado también que EE UU pretende acompañarse de la comunidad internacional a la hora de ejercer presiones contra Corea del Norte, informa Reuters.

A EE UU no se le escapa que China es la pieza determinante en la región. Por ello, cualquier movimiento deberá contar con el beneplácito de su Gobierno.

Horas antes de la entrevista televisiva, el presidente estadounidense había convocado a su gabinete de seguridad y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Obama reiteró entonces el apoyo "inquebrantable" de Estados Unidos a Corea del Sur.

El responsable de Defensa estadounidense, Robert Gates, y su homólogo surcoreano, Kim Tae-young, acordaron coordinar cualquier respuesta al ataque de Pyongyang, indicó el Pentágono en un comunicado. Gates agradeció a Tae-young "la contención mostrada por el Gobierno de Corea del Sur" ante la agresión, informa Reuters.

Mientras, la diplomacia estaba en marcha en Pekín, donde el enviado de la Casa Blanca, Stephen Bosworth, se reunía con el viceministro de Exteriores chino, Cui Tiankai. Tanto Washington como Pekín consideraron que un conflicto entre las dos Coreas sería "nada deseable" y prometieron trabajar para aplacarlo. Bosworth insistió en "actuar con moderación" y evitó calificar lo sucedido como crisis. Eso sí, "los hechos hablan por sí solos", dijo el negociador estadounidense.

Pekín, por su parte, declinó tomar partido y pidió mesura. "China espera que las partes relevantes hagan más para contribuir a la paz y la estabilidad en la región (...) Es imperativo relanzar las conversaciones a seis bandas", dijo Hong Lei, portavoz de Exteriores.

El encuentro de Bosworth con las autoridades chinas estaba previsto antes de que se produjera el ataque. Las reuniones del enviado estadounidense con altos cargos chinos estaban encaminadas a reactivar las moribundas conversaciones a seis bandas para desarmar a Corea del Norte, que están estancadas desde 2008. El Pentágono aseguraba ayer que no se habían trasladado más efectivos a la zona y rechazó confirmar si las fuerzas estaban en estado de alerta. Estados Unidos tiene 28.500 soldados desplegados en Corea del Sur desde 1953.

Endurecimiento de la posición japonesa

La región está viviendo con gran desasosiego el conflicto. No solo ya por el peligro físico de una guerra, sino por la sensación de inestabilidad que el suceso transmite a eventuales inversores en un contexto económicamente muy complejo. Para reforzar el efecto disuasor de las palabras de Washington y Pekín, Japón ha adelantado que podría reforzar su política de sanciones hacia Corea del Norte.

"Creo que el Gobierno podría avanzar hacia el fortalecimiento de las sanciones", sugirió el ministro de Economía nipón, Banri Kaieda. Para que no quedaran dudas de la incomodidad que le producen a Tokio las bofetadas entre sus vecinos, en la misma comparecencia explicó cómo se prevé controlar la caída en la bolsa local tras la agresión norcoreana y su previsible impacto en la economía japonesa.

También será difícil retomar las conversaciones a seis para desnuclearizar la península coreana, según ha dicho el ministro de Exteriores, Seiji Maehara.

La UE, por medio de la responsable de su Política Exterior, Catherine Ashton,condenó el ataque y apremió a Pyongyang a abstenerse de cualquier acto que pueda aumentar la tensión . El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que existe un "peligro colosal" de que se produzca una escalada de enfrentamientos en Corea, y el primer ministro japonés, Naoto Kan, ordenó a sus ministros que estén preparados "para cualquier eventualidad".

No hay comentarios: