Irán ensaya un misil antiaéreo de fabricación propia y características similares a las del ruso S-300 que Moscú rehusó suministrarle debido a las sanciones internacionales, reveló el general de brigada Mohammad Hassan Mansourian, subjefe de una base antiaérea donde se llevan a cabo esas pruebas.
Mansourian, citado por la cadena pública iraní Press TV, afirmó que “sistemas de defensa antiaérea similares al S-300 pasan por una serie de pruebas de fuego y retoques en condiciones de campaña”. Agregó que “otros sistemas (de misiles) de largo alcance están en fase de desarrollo y producción”.
El S-300 (SA-10 Grumble, según designación de la OTAN) es un sistema antiaéreo diseñado para proteger instalaciones militares y centros industriales y de mando contra ataques masivos desde el aire y el espacio.
Es capaz de destruir todo tipo de aviones, cohetes balísticos y de crucero y teóricamente, puede atacar objetivos terrestres. Entró en servicio operacional en el Ejército de la URSS en 1979. La versión básica de S-300 incluye un radar multifuncional, rampa de lanzamiento móvil y medios de localización de objetivos y guiado.
Está provisto de misiles de combustible sólido de una etapa que alcanzan la velocidad máxima superior a 2.000 metros por segundo. Alcance: de 3 a 150 kilómetros; altitud de destrucción de blancos: de 20 metros a 30 kilómetros. Además de aviones, puede abatir misiles de crucero que vuelan a alturas de entre seis y cien metros.
El sistema S-300 dispone de una elevada protección antiperturbadora y es capaz de efectuar el seguimiento simultáneo de 6 blancos y disparar contra ellos hasta 12 cohetes a la vez. Transportado en camiones, el sistema necesita 5 minutos para ponerse en posición de ataque.
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