Como cada semana, llegan a Vladivostok barcos procedentes de Japón cargados de grandes partidas de coches y en donde son acumulados. El problema es que los dosímetros de los sondeos efectuados tras el desastre de Fukushima, señalan que la cantidad de radiación supera en varias veces, los niveles normativos. Al mismo tiempo el Servicio Federal de Vigilancia en el campo de la Protección de los Derechos del Consumidor y del Bienestar Humano asegura que a pesar de estos niveles más altos de lo normal, los coches no presentan ningún peligro grave para la salud.
En la zona aislada del puerto de Vladivostok hay más de 30 camiones y turismos, todos transportados por los barcos de Japón. Cuando después de la descarga los coches pasaban los puestos de control “Yantar”, saltaron las alarmas: La radiación superaba la norma.
Al acercar el dosímetro a la capota de uno de los coches marcó treinta micro roentgen a la hora. Al alejarse del coche un metro o dos el índice caía hasta siete micro roentgen, que es el del fondo natural del puerto. La diferencia superó en cuatro veces, este nivel.
El sistema “Yantar” como explican los especialistas es tan sensible que nota el aumento de la radiación incluso a una distancia de unos metros. Una vez detectado el aumento, los aduaneros utilizan ya los dosímetros móviles, para detectar de una forma más concreta la fuente de radioactividad. Estos mismos dispositivos pueden ayudarles a aclarar la naturaleza de la radiación.
“Los coches tienen beta-radiación” – comentó el jefe del departamento de aduanas de Vladivostok que controla la radiación de las mercancías que llegan al puerto, Alexander Pomikánov. “La beta radiación es peligrosa porque al penetrar dentro afecta a los órganos y puede causar diferentes enfermedades”.
Ahora especialistas en radiación van a estudiar la carga minuciosamente. Tomarán muestras de partículas de polvo de los lugares con más radiación, tales como ruedas y debajo de los limpiaparabrisas y las analizarán en el laboratorio. De todos modos, el nivel de radiación no es alto y no entraña ningún peligro para la vida y la salud de las personas. Pero mientras que el nivel de radiación detectado sea más alto de lo normal, los coches permanecerán en el puerto.
Los vendedores de coches aseguran que los japoneses chaquean el nivel de radiación de coches, en origen, es decir, antes de cargarlos a los barcos y culpan al viento, precipitaciones atmosféricas, y nieblas procedentes de la Central Nuclear de Fukushima, de la causa de esta subida de los niveles de radiación.
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