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jueves, 1 de marzo de 2012

Las razones de Rusia para importar armamento y tecnología militar


La adquisición de armas en el extranjero es uno de los asuntos militares más traumatizante en Rusia. En su reciente artículo “Ser fuertes es la garantía de la seguridad nacional para Rusia” el primer ministro Vladímir Putin planteó la necesidad de compras “puntuales” de algunos sistemas y tecnologías. Pero el número de contratos de importación de armas extranjeras va en aumento.


El contrato de adquisición de helicópteros ligeros de fabricación extranjera para el Ministerio de Defensa de Rusia será una de las transacciones de importación más cuantiosas de los últimos años. De acuerdo a las cláusulas de la licitación, el Ministerio de Defensa se propone comprar cuarenta y cinco helicópteros ligeros multipropósito. El costo inicial de este contrato pasa de los doscientos millones de dólares. 

Se trata de importar helicópteros ligeros multifuncionales AS350 y AS355 "Ecureil" que fabrica la compañía europea Eurocopter. La razón de esta compra es bien sencilla: ninguna máquina rusa nueva de esta clase (Ka 226, Mi 34 o “Ansat”) está lista para su fabricación en serie. Pero la adquisicíón de tantas máquinas extranjeras estará en pugna, claro está, con las tesis del primer ministro. 
Las razones de la decisión tomada también están a la vista: Rusia prácticamente no tiene experiencia propia en la producción de helicópteros ligeros (la mayor parte de los famosos Mi 2 se fabricaron en Polonia) y lo que es más importante aún, no dispone de un propulsor fiable de clase ligera para este tipo de máquinas: se sabe que al día de hoy helicópteros ligeros rusos pasan las pruebas con propulsores importados. 

Son más conocidos los contratos de compra de varias modalidades de vehículos aéreos no tripulados en Israel y el contrato de construcción de dos buques de desembarco universales tipo “Mistral” en Francia sumado a los planes de construcción de un par de barcos análogos en Rusia. También se discute en público el convenio de fabricación por licencia de vehículos blindados italianos Iveco LMV M65 en Rusia. 
El primero de los casos citados concuerda casi por completo con la tesis de Putin. La compra de un pequeño lote de vehículos extranjeros tiene por objetivo adquirir experiencia de explotación de estas máquinas y estudiar sus propiedades y dispositivos técnicos. Al mismo tiempo, se pone énfasis en prometedores vehículos de fabricación rusa. 

Hablando en rigor, el segundo caso no puede calificarse como una compra propiamente dicha porque junto con los buques "Mistral" se transferirá a Rusia una serie de tecnologías de primera importancia, sobre todo las relacionadas con el sistema de mando, indicación de objetivos y comunicación (concepto de C4ISR). 

El convenio de fabricación de vehículos italianos dio lugar a acaloradas polémicas. Muchos militares y representantes de la industria de guerra rusos alegan que resultaría más fácil acondicionar adecuadamente los carros multipropósito y todoterreno “Tigr” de los que ya dispone Rusia. 

El uso del equipo técnico o al menos, de piezas y engranajes fabricados o desarrollados en el extranjero es una práctica común para muchos países, incluso tan opulentos como EEUU. Esta situación se debe al crecimiento en flecha de los costos y el grado de complejidad del proceso de desarrollo y puesta en producción del equipo técnico moderno. 
Aparte de las adquisiciones mencionadas, es probable que se incorporen a la Fuerza Aérea de Rusia aviones militares de transporte extranjeros con capacidad de carga entre seis y diez toneladas para reemplazar las aeronaves de transporte ligeras An 26. Podría tratarse del avión C 27J Spartan que desarrollaron y fabrican las compañíasAlenia Aeronautica italiana y Lockheed Martin estadounidense. Seguramente se comprarán en gran escala diversas piezas y equipos y hasta instalaciones de potencia para algunos tipos de aviones y vehículos voladores. 

Para Rusia, la principal dificultad para implementar un sistema de cooperación internacional al servicio de la industria de defensa está en la ausencia de socios fiables con un alto potencial científico e industrial. Un socio de estas características lo es, por ejemplo, Gran Bretaña para EEUU. En consecuencia Rusia se ve obligada a encargarse de casi todo el espectro de trabajos de desarrollo destinados a la defensa. En estas condiciones es de suma importancia determinar qué aspectos serán cubiertos plenamente por productos de fabricación nacional y en qué casos se puede usar equipo extranjero, independientemente del país donde éste se haya fabricado.

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