La estación espacial Mir fue el mayor complejo orbital de la humanidad hasta que fue sustituida por la actual ISS. Desgraciadamente, terminó destruida el 23 de marzo de 2001 al reentrar en la atmósfera terrestre. Pero, si las cosas hubiesen sido algo distintas, hoy en día los módulos de la Mir podrían estar expuestos en museos terrestres.
La estación espacial Mir vista durante la STS-79 (NASA).
Entre 1995 y 1998 los EEUU y Rusia llevaron a cabo siete misiones conjuntas en las que el transbordador espacial se acopló con la estación Mir. Estas misiones sirvieron para adquirir la experiencia necesaria de cara a la construcción de la ISS y para reducir las diferencias culturales y tecnológicas que existían entre los programas espaciales ruso y norteamericano. A finales de los años 90, Yuri Semenov, por entonces jefe de la empresa RKK Energía -fabricante de las naves Soyuz y 'contratista' principal de la Mir-, propuso traer de vuelta los módulos de la Mir uno a uno usando el shuttlenorteamericano. El estudio detallado fue obra de su adjunto, Borís Stonikov.
Los módulos de la Mir (Wikipedia).
Fases iniciales del programa Shuttle-Mir, las misiones STS-71 (Fase 1) y la STS-74 (Fase 3) (RKK Energía).
El plan era semejante a la fase de construcción de la Mir, pero al revés. Un transbordador se acoplaría al módulo de acoplamiento (llevado a la Mir durante la STS-74 Atlantis) y, tras finalizar su misión, lo guardaría en la bodega de carga. Posteriormente, el módulo Kristall (dotado de otra escotilla con el sistema de acoplamiento APAS-89) se trasladaría al eje central de la estación. Tres misiones del transbordador se acoplarían con el Kristall y traerían de vuelta los módulos Priroda, Spektr y Kvant-2. Las últimas misiones recogerían el Kristall, el módulo base y el Kvant. Los dos últimos tendrían que ser capturados con el brazo robot, ya que el transbordador no podía acoplarse a ellos.
Después de la misión STS-91 (izquierda), las misiones siguientes retirarían los módulos Priroda, Spektr y Kvant-2 (RKK Energía).
En las últimas misiones se despiezaría la estación y se traerían de vuelta los módulos (RKK Energía).
Obviamente, los módulos de la Mir no habían sido diseñados para ser transportados por el transbordador. Cierto es que los transbordadores soviéticos del programa Burán deberían haber llevado en su interior módulos 37KB basados en el módulo Kvant (37K), pero se trataba de módulos construidos ex profeso para esta tarea. Para solucionar este problema, RKK Energía concibió una plataforma especial en forma de 'cuna' para transportar los módulos. El inconveniente principal radicaba en que el shuttlesolamente podía traer a la Tierra una carga útil comprendida entre 12 y 15 toneladas, muy inferior a las veinte toneladas de la mayoría de módulos. Por este motivo, los módulos deberían 'adelgazar' -eliminando todo tipo de equipos- antes de su retorno, una tarea harto complicada. Además, deberían instalarse los asideros necesarios para que el brazo robot del transbordador fuera capaz de capturar los módulos. La mayor preocupación radicaba en que el módulo base o central no había diseñado para soportar las cargas horizontales durante el regreso a la Tierra dentro de la bodega del transbordador.
'Cuna' especial usada para traer de vuelta los módulos de la Mir (RKK Energía).
Módulo 37KB del programa Burán (arriba). Abajo, cómo debía haberse acoplado el Burán con la Mir (Novosti Kosmonavtiki).
Evidentemente, el hecho de lanzar siete misiones del transbordador para traer de vuelta módulos rusos parecía ser el escollo más importante de este proyecto. RKK Energía propuso llevar a cabo el despiece de la Mir en 2002-2004. Para entonces, la precesión del plano orbital de la Mir haría que éste coincidiese con el de la ISS (las dos estaciones estaban en órbitas con la misma inclinación, pero los planos no coincidían inicialmente). Así, las misiones del transbordador destinadas a la estación espacial internacional podrían darse un salto a su regreso para llevar a cabo el 'rescate de la Mir'.
Lógicamente, el plan no vio la luz. Las dificultades técnicas -y presupuestarias- eran demasiado grandes para el programa espacial ruso. Por otro lado, no hace falta decir que la NASA no mostró el menor interés por la idea. Una pena, porque ver esta legendaria estación en un museo sería toda una experiencia.
Referencias:
Raketno-Kosmicheskaia Korporatsia Energia imeni S.P. Koroliova 1996-2001. Na rubezhe dvukh vekov (2001).
No hay comentarios:
Publicar un comentario