Por primera vez desde el comienzo de la guerra en Afganistán Estados Unidos desplegará sus carros de combate en la provincia sureña de Helmand. El general David Petraeus, comandante de las fuerzas de EE. UU. y de la OTAN en Afganistán, autorizó la intervención de vehículos Abrams M1 en octubre para apoyar en los combates entre los infantes de marina y los talibanes.
Los Abrams pesan 68 toneladas y tienen unos cañones de 120 milímetros capaces de destruir una casa a casi dos kilómetros de distancia.
Durante los últimos meses las tropas norteamericanas han intensificado sus operativos en el sur del país. Sólo en octubre la aviación estadounidense lanzó un total de mil misiles contra los talibanes, lo que supera los índices de cualquier otro mes desde 2001.
Un militar que ha participado en los operativos afirmó que los tanques tienen un efecto práctico y psicológico.
Al mismo tiempo, se han reducido las reclamaciones sobre la muerte de civiles afganos, algo que, en teoría, se debe a una preparación más escrupulosa de los operativos militares.
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