Tras los últimos acontecimientos surgen versiones, según las cuales las condenas mesuradas de los países árabes a los ataques israelíes se explicaría por el así llamado pacto de media luna que, bajo la tutela de Israel, aúna a tales países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Jordania y Turquía en contra de Siria, Irán y Líbano.
Varios medios remiten a fuentes en Washington para sostener que la colaboración entre Jerusalén en el ámbito de la defensa antimisiles con Abu Dabi y Riad está cerrada.
De ser así, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes podrían permitir el acceso de las fuerzas del estado hebreo a sus radares, que monitorean el territorio del Golfo Pérsico e Irán a cambio de apoyo militar.
Jordania, a su vez, pondría a disposición de sus posibles aliados el sistema antiaéreo ARROW, destinado a interceptar misiles de largo alcance. Mientras, Ankara niega oficialmente su cooperación en esta materia con el país judío.
Algunos expertos creen que la situación de hecho es aún más complicada y no es Israel quien realmente maneja los hilos de la campaña.
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