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viernes, 28 de enero de 2011

Rusia celebra el 40º aniversario de su mejor caza Su-27



En enero de 1971, Pavel Sukhoi, célebre proyectista soviético, firmó la orden para iniciar el diseño del nuevo aparato aéreo que inicialmente recibió la denominación Т-10.

En aquella época nadie pudo imaginar que este modelo diseñado por la oficina de diseños Sukhoi pasaría a ser uno de los mejores aviones de combate del mundo.

La historia del nuevo proyecto descrito en un programa del Ministerio de Defensa de la URSS como Caza de Combate de Perspectiva empezó en 1969. Moscú decidió crear un caza para competir con los cazas de cuarta generación estadounidenses F-15 Eagle desarrollados en el marco del programa FX (Fighter eXperimental) de EEUU.

Definición de características

De acuerdo con las características que definió el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de la URSS, el futuro caza de combate debía tener un rango de operación lejana, capaz de despegar y aterrizar en pistas cortas o deterioradas, disponer de una maniobrabilidad sin precedentes en condiciones de combate a corta distancia y estar dotado con equipo de combate a larga distancia en condiciones de visibilidad nula.

En cuanto a la capacidad de maniobra, en los años 1950 EEUU y la URSS empezaron a dotar sus cazas con misiles guiados y decidieron que, con el desarrollo de este tipo de armamento capaz de abatir objetivos a larga distancia, la época de combates aéreos a corta distancia pasó a la historia.

Pero la amarga experiencia de la guerra en Vienam (1964-1975) demostró que esa teoría era equivocada. A pesar de ser obsoleto y carecer del armamento guiado, el caza subsónico MiG-17 dotado con armas de tiro, era el mejor avión táctico para apoyo directo a las tropas y mucho más manejable que los aparatos supersónicos.

Los MiG-21 más modernos también demostraron buenas características. Estos aparatos supersónicos con excelentes características de maniobralidad fueron mucho más ligeros que los cazas estadounidenses.

En resultado, EEUU inició el programa de desarrollo de un avión cuyas características de combate y radio de acción no fueran peor que las del principal caza estadounidense de aquella época F-4 Phantom II y por otro lado, cuya manejabilidad fuera comparable con la de los MiG-17 y MiG-21 para los combates a corta distancia.

Los conflictos en el Oriente Próximo, donde los cazas MiG y Mirage se medían las fuerzas en combates a corta distancia, asimismo pusieron en evidencia que fue prematura la decisión de interrumpir el desarrollo de aviones de asalto manejables, dotados con armas de tiro.

La guerra indo-paquistaní de 1965 echó más leña el fuego. Ambas partes tenían en su disposición tanto los aparatos anticuados de primera generación (cazas Hawker Hunter británicos de la Fuerza Aérea de la India frente a los F-86 Sabre estadounidenses del Ejército del Aire) como los aviones modernos supersónicos.

Los proyectistas soviéticos y estadounidenses llegaron a la misma conclusión sobre la importancia de maniobrabilidad de nuevos aviones. Ambos países iniciaron la modernización de aparatos de tercera generación con el fin de mejorar sus capacidades de maniobra en combates a distancia corta.

Según una nueva doctrina aérea, los dos países decidieron desarollar cazas pesados y ligeros de nueva generación con excelentes características de maniobralidad.

Tarea difícil a realizar

Debido a las muchas exigencias formuladas, el proceso de desarrollo del futuro Su-27 fue complicado. Los principales centros de investigaciones soviéticos en el ámbito de la aeronáutica participaron en este proyecto junto con la oficina de diseño Sukhoi.

El actual caza Su-27 pudo fabricarse gracias a los especialistas del Instituto de Novosibirsk (Siberia), que ya a principios de los 1970, en la fase inicial de desarrollo, llegaron a la conclusión que la versión aprobada del Т-10 no satisfacía a los requisitos tácticos y técnicos presentados por el Ministerio de Defensa y no podrá superar al F-15 estadounidense.

En 1977, esto se comprobó durante vuelos de prueba del nuevo avión.

El entonces jefe de la oficina de diseños Sukhoi, Evgueni Ivanov, se vio obligado a reconocer las deficiencias del aparato e insistir en su eliminación. El Ministerio de Defensa, el Consejo de Ministros y el Comité Central de Partido Comunista de la Unión Soviética apoyaron la postura de la empresa Sukhoi y dieron la luz verde a la continuación de los trabajos para el desarrollo del Т-10.

En 1981, el aparato modernizado, Т-10С o el futuro Su-27, realizó con éxito su primer vuelo de prueba que comprobó la superioridad del nuevo caza sovietico sobre el estadounidense F-15.

En 1984, comenzó la producción en serie del Su-27. A partir de aquel momento y hasta hoy día, en las fábricas situadas en la ciudad de Komsomolsk del Amur (Extremo Oriente de Rusia), Novosibirsk e Irkitsk (Siberia) ya fueron ensamblados más de 1.300 aviones Su-27 y sus versiones modificadas, Su-30, Su-33, Su-34, Su-35…

Fama mundial

El SU-27 combina las características de alta maniobrabilidad con buenas capacidades de combate a larga distancia. 
Otra ventaja que ha determinado un éxito comercial del aparato durante muchos años es la posibilidad de su modernización. La plataforma desarrollada en los 70 del siglo pasado, dotada con el armamento y aviónica más moderna sigue siendo el principal rival de los mejores aviones del mundo.

Al entrar en el mercado a principios de los 1990, el caza se hizo muy popular y se incorporó a los arsenales de las Fuerzas Aéreas de 17 países. Hoy en día, el SU-27 sige gozando de fama de uno de los mejores aviones de la generación a la que pertenece.

Se ofrece un gran número de versiones modificadas del SU-27. Por eso es capaz de satisfacer la demanda de varios clientes, desde los países pobres del continente africano que necesitan aviones modernos por un precio moderado hasta la India que está dispuesta a pagar hasta 100 millones de dólares por los aparatos de la última generación dotados con el equipo y armamento sofisticado.

El SU-27 y sus versiones modificadas fueron los aviones más vendidos en los 2000. A juzgar por todo, esta situación no cambiará durante los próximos años, teniendo en cuenta lo que el desarrollo del nuevo caza estadounidense de quinta generación F-35 se frena continuamente.

La barrera tecnológica con la que se enfrentaron los proyectistas de aparatos aéreos durante los últimos 20 años y problemas económicos aplazan la entrada en servicio operacional de los aparatos de nueva generación.

En estas condiciones, la plataforma Т-10 y sus rivales ocidentales siguen desarrollando. En varios países existen planes para la modernización de este avión hasta la década de los 2040 y parece que no es el límite. La producción en serie de aviones de la familia SU-27 continúa.

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