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El jefe de la inteligencia del régimen de Muamar Gadafi -y a la vez su cuñado- ha denunciado que no ha tenido acceso a ningún abogado y tampoco le han informado de cuáles son los cargos que pesan sobre él.
Abdelá Senussi, encarcelado en su país desde septiembre de 2012, ha podido ser visitado en una prisión para miembros del antiguo régimen el lunes por la organización humanitaria estadounidense Human Rights Watch (HRW), que es la que ha hecho pública la queja en un comunicado. Al mismo tiempo, Senussi afirma que las condiciones en prisión son «razonables» y que no ha sufrido maltrato físico.
HRW recuerda que las autoridades libias acusan al miembro del antiguo régimen de ser uno de los responsables de la famosa matanza de la cárcel de Abú Salim en junio de 1996 cuando se ajustició a unos 1.200 presos.
Senussi es, además, uno de los tres altos jefes del depuesto régimen que fueron reclamados en 2011 por el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la humanidad. Otro está ya muerto, que es Muamar Gadafi, y el tercero es Seif El Islam, hijo del dictador, detenido por rebeldes libios y que se encuentra recluido en la ciudad de Zitán, en el oeste del país.
«Para alcanzar la Justicia de Verdad, es necesario que le ofrezcan a Senussi los derechos que por tanto tiempo el gobierno anterior negó a los ciudadanos libios», afirma Sarah Leah Whitson, dorectora de HWR para Oriente Medio y norte de África.
La organización humanitaria, que pide que el detenido tenga acceso a abogados, pudo realizar la visita, la primera que lleva a cabo un organismo internacional de este tipo, gracias al permiso del ministro de Justicia, Salah Marghan.
Según Marghan, ningún abogado libio quiere defender al antiguo responsable. Y añade que si alguno venido del extranjero quiere hacerlo, tiene las puertas abiertas.
Detenido por Marruecos
HRW también pide a las autoridades de la nueva Libia que cooperen con el Tribunal Penal Internacional, ya que no quieren entregar ni a Senussi ni a Seif el Islam.
Senussi fue entregado por las autoridades de Mauritania, pero él mismo ha explicado a HRW que priemro fue detenido doce días por las autoridades de Marruecos en marzo del año pasado antes de ser enviado en un avión a Nuakchot, donde fue interrogado por agentes del FBI estadounidense, Arabia Saudí y Líbano. La organización humanitaria no puede sin embargo confirmar esta información.
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