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domingo, 5 de junio de 2011

Mando único para la defensa aérea

El general de las Tropas Espaciales propone que Rusia se encargue de la defensa de Europa del Este y los mares Negro, Báltico y del Norte.

A finales del 2011 las tropas espaciales de rusia serán incluidas en el sistema único de defensa antiaérea y espacial
Oleg Ostápenko, general de las Tropas Espaciales, ha propuesto recientemente que Rusia se encargue de la defensa de los países de Europa del Este en el marco del escudo antimisiles que la OTAN proyecta desplegar en Europa. Después de largas negociaciones marcadas por la desconfianza mutua, Rusia acordó unirse al proyecto en una cumbre mantenida en Lisboa con la OTAN a finales del año pasado, pero los detalles de esta colaboración no han sido definidos.



Según Ostápenko, Rusia estaría dispuesta a cubrir los territorios del Este de Europa, así como los mares Negro, Báltico y del Norte.



“Nuestro sistema de defensa antiaérea podría emplearse en eliminar los misiles balísticos que ataquen objetivos en el territorio de la Federación Rusa, pero también de los estados fronterizos y de otros países europeos”, declaró el general en una rueda de prensa. La destrucción de los misiles debería decidirse dentro del marco de un centro común de información y de procesamiento de datos relacionados con los posibles objetivos, algo que ya se ha discutido en el marco del proyecto de defensa antiaérea europea.

Unificación

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aceptó hace unos meses la propuesta de Ostápenko de integrar todos los sistemas de defensa antiaérea y espacial en un mismo sistema (DAE). Tras ser aceptada por el Estado Mayor y con las modificaciones impuestas por el Consejo de Seguridad Nacional, la propuesta está lista para su aplicación.
La integración afectará, en primer lugar, al sistema de alerta de misiles. Este sistema incluye en la actualidad las estaciones de radiolocalización situadas en Olenegorsk (región de Múrmansk); Lejtusi (Leningrado), Pechora (República de Komi); la que se está construyendo en la región de Kaliningrado; la de Gantsévichi (Bielorrusia); la de Armavir (Krasnodar); la de Gabalá (Azerbayán); la de Baljashe (Kazajistán); y la de Irkutsk (región de Siberia).

En él se incluirán también los satélites de alerta espacial, situados en órbitas elípticas de altura y geoestacionarias, y el sistema de control sobre el espacio, cuyos complejos componentes están localizados en diversas partes del país, y también en el extranjero (como en Nurek, en la República de Tayikistán).

La DAE incluirá además, los complejos antimisiles A-135 situados en la región de Moscú, que forman parte de la estación multifuncional Don-2N, que a su vez cuenta con cerca de un centenar de instalaciones anticohetes en seis posiciones a lo largo del anillo que rodea la capital rusa.
Un elemento importante será la trasferencia al sistema DAE de los complejos de defensa antimisiles que ahora forman parte del sistema de defensa antiaérea de las distintas circunscripciones militares, así como sus medios aéreos, entre los que destacan los aviones caza.

La propuesta de Ostápenko contempla que las tropas de la DAE estén bajo el mando del Estado Mayor. Algunos expertos señalan que la DAE debería incluir también las Tropas Estratégicas Antimisiles (TEA), para que estas puedan actuar con rapidez en caso de recibir una alerta de un ataque de misiles.

Este plan ya se incluyó en el primer intento de creación de un sistema DAE, a principios de la pasada década. En aquel momento, la propuesta se tachó de inconsistente por políticos y expertos.

Andréi Koshkin, diputado, ex viceprimer ministro de Defensa y ex secretario del Consejo de Seguridad Nacional, ha declarado que es necesario establecer un plazo flexible para lograr esta integración, ya que hay aspectos por definir que no están contemplados en la propuesta del general Ostápenko.
Desavenencias

Una de las cuestiones más espinosas es cómo se unificará la DAE con el sistema europeo de defensa antimisiles en caso de que Rusia decida finalmente participar en el proyecto de la OTAN. No está claro el papel que Washington y Bruselas quieren asignar a Moscú, ni cuál será el grado de participación de Rusia en este proyecto.
Medvédev mandó un mensaje de advertencia a la OTAN en el que especificaba claramente cuál es la condición básica para la participación de Rusia: “El sistema antimisiles europeo sólo podrá ser eficaz y viable de verdad en el caso de que Rusia participe en un plano de igualdad”, decía en una misiva remitida al Consejo de la OTAN.
El líder ruso subrayaba la necesidad de garantizar que el despliegue del potencial antimisiles en Europa “no altere el equilibrio estratégico y no esté dirigido contra alguna de las partes”.


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