Arma estratégica. Un misil iraní Fateh-110 como los que destruyó Israel en Damasco. Tiene 300 km de alcance.
Israel minimizó las posibles consecuencias de los ataques aéreos que lanzó el domingo sobre Siria, alegando que no buscaban influir en la guerra civil de su vecino, sino impedir que un cargamento de misiles iraníes llegase al grupo libanés Hezbolá. Siria, al contrario, alentó una condena internacional que sin embargo resultó bastante limitada. Según la oposición siria en los bombardeos murieron entre 42 y 300 soldados.
Los precios del petróleo subieron ayer ante los temores de una propagación de la guerra civil siria hacia Líbano e Israel.
Tranquilidad. Pero Israel se esforzó ayer por exhibir serenidad luego de la tormenta. "No hay vientos de guerra", declaró a la prensa el general Yair Golan, comandante del Mando Norte israelí, que incluye a las fuerzas israelíes en las zonas de frontera con Siria y Líbano. "¿Ven tensión? No hay tensión. ¿Les parezco tenso?", preguntó Golan a los periodistas.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, enfrentó críticas veladas en Pekín, donde comenzó una visita programada. El gobierno israelí tiene confianza en que el presidente sirio Bashar Assad no tomará represalias. China se limitó a pedir "moderación", sin mencionar a Israel.
Rusia, el otro aliado de Assad en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue algo más enfático que Pekín. Dijo que los ataques de Israel "provocaron singular alarma". El presidente Vladimir Putin y el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se reunirán hoy para intentar abordar sus diferencias sobre la crisis de Siria.
Israel no ha reconocido oficialmente que haya realizado los bombardeos. Pero funcionarios israelíes dijeron en forma extraoficial que las incursiones no tienen relación con la guerra civil siria, sino que apuntan a impedir que Hezbolá, aliado de Irán y de Assad, adquiera armas estratégicas como los misiles iraníes Fateh-110, para atacar el territorio israelí. Israel buscó evitar "un aumento de la tensión con Siria, al aclarar que si hay actividad, es sólo contra Hezbolá, no contra el régimen sirio", puntualizó el legislador Tzachi Hanegbi, un hombre de confianza de Netanyahu.
Israel señaló ayer que dos morteros cayeron ayer "por error" en los Altos del Golán, el territorio ocupado por el Estado hebreo cerca de la frontera con Siria. "Fueron lanzados por error durante duros combates dentro de Siria", dijo un portavoz militar israelí.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo opositor con sede en Reino Unido, dijo que al menos 42 soldados murieron y otros 100 se encuentran desaparecidos en los bombardeos de los arsenales, ubicados sobre una colina al norte de Damasco. Otras fuentes de la oposición aseguran que la cifra de fallecidos asciende a 300 soldados, en su mayoría pertenecientes a los Guardias Republicanos, una unidad pretoriana que forma la última línea de defensa de Damasco y está compuesta mayormente por miembros de la secta islámica alauita, a la que pertenece el clan de Assad. Esta pequeña rama del islám shiíta ha controlado siria desde la década de 1960. Irán, país no árabe shiíta, es el mayor aliado de Assad, junto con Hezbolá, que también representa a los libaneses shiítas. La enorme mayoría de la población de Siria es islámica sunita, lo que da al conflicto civil características de guerra de religión.
Además del fuertemente defendido recinto de Hamah, relacionado con el programa de armas químicas y biológicas de Siria, los aviones de guerra atacaron instalaciones militares operadas por las Guardias Republicanas en la montaña Qasioun, al norte de Damasco. "La destrucción parece ser masiva", dijo un activista en Damasco, que no quiso ser identificado.
El gobierno de Assad acusó a Israel de ayudar en la práctica a "terroristas", por los rebeldes sirios. Estos incluyen a islamistas radicales. También agregó que los ataques "abren la puerta a todas las posibilidades". El Ejecutivo sirio no entregó una cifra oficial de muertos.
Condenas bolivarianas. A nivel latinoamericano, no hubo reacciones ni a favor ni en contra de Israel, salvo dos países del "eje bolivariano", Venezuela y Ecuador. El presidente venezolano Nicolás Maduro declaró ayer: "Nosotros rechazamos el ataque que ha hecho el estado de Israel contra Damasco, el pueblo de Siria, lo rechazamos, los ataques contra la franja de Gaza, el pueblo de Palestina, claro que sí". Asimismo, el vecino Ecuador expresó "su profunda preocupación y rechazo por el ataque de las fuerzas armadas israelitas a suelo sirio", en un comunicado de la cancillería del país andino. "Ecuador expresa su rechazo a las acciones unilaterales de Israel y la violación de los derechos humanos", señala la nota, en referencia al bombardeo israelí de una instalación militar siria. Anadió que la cancillería ecuatoriana "mantiene su postura de que el diálogo es la única vía para buscar la paz definitiva y que las acciones hostiles no contribuyen a ese objetivo".
Los críticos del gobierno ecuatoriano y del venezolano objetaron que estos jamás expresaron similar "preocupación" ante los masivos crímenes contra la población civil del régimen sirio. La ONU ha denunciado a Assad como autor de crímenes de lesa humanidad por el continuo uso de armas pesadas que hace su ejército contra la población civil y la muerte sistemática de civiles en ejecuciones colectivas.
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