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viernes, 2 de diciembre de 2011

Se intensifica la represión en Arabia Saudí por temor a la Primavera Árabe







Al-Akhbar English


Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Amnistía Internacional ha condenado a Arabia Saudí por llevar a cabo una campaña de represión para evitar la amenaza de la Primavera Árabe en favor de la democratización que se ha apoderado de la región, según señala en un informe recientemente publicado. 

“Los últimos nueve meses ha sido testigo de una nueva oleada de represión en Arabia Saudí; las autoridades han tomado enérgicas medidas contra manifestantes y reformistas basándose en motivos de seguridad”, afirma la organización en un comunicado emitido la noche del miércoles.

Arabia Saudí se ha procedido a aplastar cualquier posibilidad de que la Primavera Árabe alcance al reino, lanzando una ofensiva contra manifestantes y reformistas de todo el país, indica Philip Luther, director de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y África del Norte.

“Aunque los argumentos utilizados para justificar dicha ofensiva de gran alcance pueden ser diferentes, las prácticas abusivas empleadas por el gobierno de Arabia Saudí son preocupantemente similares a las que se han utilizado durante mucho tiempo contra personas acusadas de delitos de terrorismo”, afirma.

Amnistía ha acusado a al conservador reino suní de detener y torturar a “miles de personas, muchas de ellas sin cargos ni juicio, por motivos relacionados con terrorismo”.

La tortura y otros malos tratos durante la detención siguen estando muy extendidos”, señala la organización de derechos humanos con sede en Londres.

Arabia Saudí también ha llevado a cabo una ofensiva contra los musulmanes chiíes en la conflictiva y rica en petróleo Provincia Oriental, habiendo detenido a cientos de manifestantes, afirma Amnistía.

Musulmanes chiíes han llevado a cabo protestas en la Provincia Oriental en apoyo a reformas democráticas y en sintonía con las protestas similares de Bahréin, que fueron aplastadas por una intervención militar saudí a principios de año.

El mes pasado, cuatro manifestantes chiíes fueron asesinados a tiros en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en la misma región. El Ministerio del Interior declaró que dos policías resultaron heridos.

Amnistía ha denunciado que 300 personas que participaron en las protestas fueron detenidas.

“La mayoría han sido puestas en libertad, en muchos casos después de comprometerse a no volver a protestar”, ha dicho el organismo de control, agregando que “muchos tienen que hacer frente a la prohibición de viajar”.

En otras partes del país, las protestas se han sofocado mediante advertencias del Ministerio del Interior al respecto de que las autoridades “tomarán todas las medidas necesarias” contra quienes traten de “alterar el orden”.

Amnistía califica de “tremendamente injusto” el juicio de 16 hombres, entre ellos nueve prominentes reformistas, que fueron condenados a penas de prisión de hasta 30 años tras ser declarados culpables el 22 de noviembre de cargos que incluyen intentos de hacerse con el poder.

El grupo de derechos afirma que las autoridades saudíes habrían redactado una ley secreta que les permitiría “enjuiciar la disidencia pacífica como un delito de terrorismo y permitir la detención prolongada sin cargos ni juicio”.

Peso pesado en la región, Arabia Saudí ha dirigido lo que muchos han calificado como una “contrarrevolución” de la Primavera Árabe que ya ha derrocado regímenes autocráticos en Egipto, Túnez y Libia.

Riad envió tropas al vecino Bahréin para aplastar las protestas populares a favor de la democracia y ha trabajado con otros Estados del Golfo ricos en petróleo para evitar que la Primavera Árabe alcance a la región.

A pesar de reprimir las protestas a favor de la democratización en el país, Arabia Saudí está desempeñando un papel de liderazgo en el aislamiento del presidente sirio Bashar al-Assad en una ofensiva similar por las protestas en Siria.




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